“Cariño, cariño, es un mundo salvaje,
es difícil sobrevivir con una sonrisa”
Cat Stevens
Pequeña, vivimos un mundo salvaje,
de nada ha servido la Era de Acuario,
seguimos viviendo más que nunca
en un mundo salvaje.
Creímos en cambios que no llegaron,
en horizontes
llenos de flores y dulce hierva,
pero ya ves
seguimos en un mundo salvaje.
Las balas siguen silbando a nuestro alrededor,
el mundo se desintegra
entre guerras genocidas o de aniquilación étnica,
racistas, interesadas;
aniquilación del hombre contra el hombre.
Mi querida,
la maquinaria del mundo salvaje
sigue extinguiendo mundos,
civilizaciones,
y pienso que nuestro amor no es suficiente.
Mientras nos amamos,
dichosos en nuestro placer,
mueren niños en todo el mundo
de hambre,
de negra pólvora,
niños a los que ninguna madre
volverá a amamantar,
y es que vivimos en un mundo salvaje.
Mientras nuestros vástagos
reniegan sin ilusión de lo que no han conocido,
por lo que nunca han luchado,
lavados el cerebro por la información interesada
que no cuestionan,
la gran sombra negra
se extiende por los hogares,
porque vivimos en un mundo salvaje.
Perdimos la Utopía,
nos acomodamos en nuestros sillones de nada
y olvidamos la desazón;
dejamos que el lado oscuro
contra el que luchamos
tomára nuestras casas.
Cambiamos los vaqueros, la pana y las gasas
por trajes de Armani
y quién pudo
por una poltrona desde donde poder contar
nuestros flirteos de juventud
con el Mayo del 68
o los hippies de Ibiza.
Educamos a nuestros hijos en la comodidad
alejándolos de la lucha por lo cotidiano,
haciéndoles estómagos agradecidos
de este mundo salvaje
que ayudamos a construir.
Y ¿sabes mi dulce amor?,
cuando miro tus ojos
me sacan del bache,
cuando siento tus labios
recobro la memoria
de todo lo que nos han querido hacer olvidar,
de todo aquello que conquistamos
a base de sangre y rejas
perdiéndolo en una apuesta cobarde;
quiero gritarlo a las estrellas,
porque me has hecho volver a vivir
aunque sea en este mundo salvaje.
Sé que no es suficiente,
que somos una isla
en este universo
que se cae a pedazos,
este universo egoísta, insolidario y negro;
pero al menos
cuando me acaricias
siento esperanzas por seguir en la lucha
de otro mañana,
y eso me vale.
Vendrán tiempos mejores,
lo sé,
aunque mis ojos no los vean,
porque mientras existan personas como tu
siempre será posible el sueño
de otras playas
camino de Ítaca,
pero mientras tanto,
querida mía,
solo tenemos este tiempo salvaje.
Niña, mi dulce niña,
no sabes el bálsamo que has sido para mis heridas,
para darme fuerza
en esta sociedad de esquizofrenia desatada
donde perdimos todos los sueños,
donde sin ti, todo
apenas vale nada.
Nos vendieron una miseria,
jugaron con nosotros
y ahora nos vemos en estas,
mientras los “neutrales” han vuelto a tomar la calle
y nos venden cultura light,
televisión basura
y política de bambalinas;
marionetas
de un mundo salvaje
que defendemos.
Tú y yo muchacha del norte,
mi perla en horas de descuento,
estamos al margen,
nuestras caricias,
nuestra palabra,
nuestros cuerpos viven al margen de ellos,
y eso les resulta molesto,
no les gusta
y nos criminalizan
como hicieron en los tiempos oscuros
porque son los mismos con diferentes caras,
y en sus mentes no existe el amor
solo el sucio dinero manchado de sudor ajeno.
La isla de White ya queda muy lejos,
los colores del Donovan se quedaron en blanco y negro,
la respuesta ya no está en el viento,
está en los bolsillos de los acaudalados;
ya no sé si volveremos junto al viejo Pete,
pero si sé que esta cayendo la gran lluvia
que pronostico Dylan;
que ya no somos árboles junto a la rivera
a pesar de “no, no, no, no nos moverán”
estribillo de los progres
que después,
en coches oficiales nos trasladaron el bosque
para convertir la piel de toro
en este girón de bueyes que tenemos.
Pero mientras tu estés,
mientras tu cuerpo de aliento a mis pasos,
mientras quieras entrelazar las manos
en el pico del alba,
seguiré teniendo fuerzas
para enfrentarme a este mundo salvaje.
1 comentario:
muy grande ricardo
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