Sufragismo de poesía, de pubis y versos que suman a Simone de Beauvoir con el pulso del alma.
La otra orilla del océano, la pluma y la estrofa es de escritora, Claribel Alegría y Gioconda Belli en la Nicaragua de FSLN, Sofía Rodríguez en la Colombia indígena y criolla de resplandor de Amazonas, Teresa Fornaris en la Cuba de milenios de palmeras y cantera del azúcar y la caña. Gladys Mendía y la Venezuela naciente.
La mar que estrecha la tierra en esa latitud, de Atlántico y Pacifico se inventa de prosa, poema y literatura de mujer.
Y en nuestro saliente de sierras y paramos, que cortan el agua del Mediterráneo confeccionando Mare Nostrum. El machismo y el pene dominan la tinta y la lirica, conducen la palabra.
Sin falda de la Sección femenina, en jeans y camiseta, un abrazo de poesía de chica está entrando en los locales recitados, en los bares con atril y en los ojos curiosos.
Eva Márquez, poesía mas de diablo que de ángel, de Sex-Shop, penetrada de Ishtar, de bragas rojas y sublevada de hembra.
Silvia Delgado Fuentes, estilográfica del anónim@, dedo acusador de genocidios y de hipócritas de parlamento y urna. Sitúa su oda, donde los medios de comunicación no ven noticia y su trova es pulmón para los pueblos que desaparecen del telediario de la CNN.
Marisa Peña, escribe mitad copla, mitad otoño. Novela CNT y escarba con su prosa, el manto oscuro que puso el Franco a la memoria.
Y buscar en Google, estos nombres resonados, Laura Gomez Recas, Paz Hernández, Ada Menéndez, Nares Montero, Inma Luna, Sagrario del Peral, Mayte Sánchez…y todas escribiendo en el mismo cielo compartido de Madrid.
Eduardo Andradas
Cultura Indigente
No hay comentarios:
Publicar un comentario