lunes, 4 de abril de 2011

A JOSÉ LUIS ZÚÑIGA - Ricardo Bórnez

No pensaba, no  quería pensar, que, traicionera y furtiva, la muerte te iba a llevar tan de la noche a la mañana cuando escribí estos versos de rabia, y siento "más tu muerte que mi vida", querido amigo de tanto en tan corto espacio de tiempo que la vida me regaló tu presencia.



Querido AMIGO,
si las lágrimas fueran brisa
acariciaría ese perfil cántabro
que un día la vida me enseñó
para hacerla tan mía
como la vida que me habita.

No puedo, no quiero resignarme
a perder tu cariño;
las horas se eternizan si tu perfil,
y el silencio es una daga
que traspasa más allá del alma.

Llámame egoísta,
insulta mi deseo de tenerte
en un atardecer de Retiro,
y tendrás razón.

Soy egoísta porque te quiero junto a mi,
en las mañanas que me alumbran,
en las noches que reniego,
en los dimes y diretes de una existencia
enojosamente descrida.

Soy egoísta por que le pido a la vida
cegarme antes que perderte,
transitar la ida
antes que tu,
para no llorarte más,
para no sufrirte más...,
para no sentirte más... 

Y es que quererte sin ti,
en esa ausencia maldita
de palabras mal tecleadas
se convierte
en una lluvia salina
que te busca y añora.

Querido AMIGO del alma,
querido y amado AMIGO

1 comentario:

© José A. Socorro-Noray dijo...

Nunca muere quien no es olvidado.

Un abrazo.