martes, 16 de agosto de 2011

CERRADO POR OBRAS - Ricardo Bórnez

TENGO el alma llena de apuntalamientos
para que las grietas no se agranden
y se derrumbe como edificio viejo,
ya desgastados los pilares, comidos
por los golpes de los fantasmas
aparcados en el sótano..

Andamiado hasta su punto más elevado,
los obreros trabajan fatigosamente para remozar
lo que es imposible reconstruir. Tapar los huecos de los granizos antiguos,
las erosiones de los tsunamis de sangre que golpearon su fachada.

Trabajar por trabajar al fin,
porque al cabo todo se derrumba o lo derrumban, o las dos cosas;
el tiempo no perdona, y los sentimientos menos;
no quedará nada de los pasillos de las esquinas
por donde deambulan las lumis con sus chulos,
las habitaciones donde se esnifa soledad a bajo precio,
los sillones donde se quedaron aquellas botellas con un mensaje
que nunca se arrojaron al mar,
los pasillos de pasos perdidos buscando la puerta
que nunca supe encontrar.

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