COMO habitantes de uan isla perdida
caminamos las aceras
con los labios cosidos
haciendo de la sonrisa
una pantomima de mascara griega
de cartón piedra.
Perdidos en la niebla cegadora del individualismo,
rompemos, dañamos,
lo alteramos todo lo que de hermoso
tiene el hombre;
con peregrinos teoremas
alabamos
la lluvia ácida de vida
que hemos diseñado.
Y así,
como fantasmas de opereta barata
caminamos por los oscuros callejones
dejando nuestra ponzoña en las esquinas.
Aislados, oscuros,
vivimos esta comedieta
en negro oscuro
a la que nos complace llamar existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario