martes, 30 de marzo de 2010

A MIGUEL HERNANDEZ, maestro y guia - Ricardo Bórnez.Coordinador de Cultura Indigente

MIGUEL de autobús clandestino,

de libro sin portada;

adolescencia.

Miguel de despertares,

de aprendizajes;

primeros ripios

a la luz de una luna nueva.

Miguel toro,

maestro,

luz en una oscuridad de cárceles.

Miguel de amores perdidos

al comienzo de la vida

en raídas butacas de cine de barrio;

de amores ganados

en tiempos de descuento

de vástago de potitos

sin zumo de cebolla.

Miguel de "pena con pena y pena"

desayunado

bajo el cielo escarpado

de éste Madrid lleno de rabia,

lluvioso de intelectualoides provincianos

que se miran el ombligo

como tú mirabas la muerte;

creadores de entrepierna

aspirantes a la Real Academia.

Miguel que me acompaña

"cuando el hombre acecha"

porque soy hijo de la tiniebla;

refugio

cuando "me duele hasta el aliento"

Miguel, siempre Miguel,

desde viejo prematuro

a niño enamorado

hasta que me despida del mismo sol y otros trigos,

siempre

"compañero del alma, compañero".

A Miguel Hernandez

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