lunes, 21 de enero de 2008

A veces - Ricardo Bórnez


A VECES intento salir,

el trabajo no cuenta, he de vivir;

miro y me agarro al marco de la puerta

dudando en dar un solo paso más.

Las escaleras un infierno,

el portal la frontera al más allá;

me arriesgo cerrando los ojos de la mente y decido recibir la bofetada del exterior.

Busco en el vagón del Metro

un espacio vació,

pero hoy no es mi día;

me sube la taquicardia,

¡que difícil es volver a la vida!.

Presentación de un libro:

¡dios, personas desconocidas

a las que no volveré a ver,

con las que tengo que convivir

cinco o seis birras

mientras escucho unos poemas

de alguna persona

para la que solo seré un bulto más

entre la multitud.

Y me pierdo

entre las calles oscuras del alma

donde no hay luces ni bambalinas,

solo opresión

de un acelerador

de un querer irte/quedar

en un mundo que solo es prestado

por unas horas

sin posibilidad de continuidad,

porque lo único que existe

son las cuatro paredes que te as forjado, y que, a costa de tantos años

ya ni tu sabes como romper;

darte cuenta, como los galos, que el cielo se te cae encima.

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